Celebremos todos el Día del Cómic (TM) con un tebeo. ¿Cuál? “Furbo”, claro, que para eso lo dibujo yo.
¿Qué os cuento? Hoy sería un buen día para soltar una diatriba de las mías, pero para qué. No se puede estar todo el día encabronao, digo yo. El caso es que lo estoy, claro, pero bueno, no lo llevo mal del todo. De hecho, este año podremos ir a la San Diego Málaga Comic Con a disfrazarnos, como dijo Santiago Segura.
Insisto mucho últimamente en esto, pero de verdad que no quiero sonar cínico. Esta profesión es increíble, adoro los tebeos y en definitiva, me gano la vida con ellos. Por eso me da rabia cómo está la situación. Porque está fatal, aquí el que se quiera engañar que se engañe, pero este escenario es un desastre para las y los dibujantes y los actores llamados a intentar arreglar un poco el cisco son, en su gran mayoría, o unos inútiles, o unos arribistas o bueno, ambas cosas. Así que tampoco es que tenga mucha confianza en una mejora a corto plazo. Pero habrá que seguir, digo yo.
Sea como sea, siempre queda la esperanza, y siempre hay gente que hace cosas útiles de verdad. Hace poco, Pedro F. Medina, mi editor en Fandogamia, contaba que había montado una iniciativa para ayudar a fanzineros y microeditores con la negociación de los precios de la imprenta, que será presentada oficialmente en el Saló del Cómic de Barcelona. Cosas como esta son las que mueven la máquina. Por debajo del ruido institucional, de esas copas que se entrechocan en los brindis y que no valen para nada, está el curro sordo de quienes llevan toda la vida luchando por esto. Así que toca arremangarse y trabajar.
Porque si no se trabaja no se pagan las facturas, y te pasa como a Vázquez. Creo que es un buen dibujo para celebrar el Día del Cómic de las narices. Nos leemos la semana que viene.